¿Los niños roncan?

Los ronquidos, si bien son más frecuentes en adultos, también están presentes en el sueño de los niños. Según los últimos estudios realizados, se demuestras que cuatro de cada cien niños con edades comprendidas entre 2 y 8 años roncan. El ronquido es un ruido fuerte que se produce durante el sueño por la vibración de la parte posterior del paladar.

Hay niños que roncan desde bien pequeños, incluso desde el primer mes de vida,  otros roncan de manera crónica y otros ocasionalmente. Es importante escuchar los ronquidos de nuestros hijos para conocer sus frecuencias y observar si existen otros síntomas.

No están definidas las causas de los ronquidos, pero pueden estar relacionados con una obstrucción de la vía respiratoria alta, producida por el aumento del tamaño de los cornetes nasales. También puede deberse a sobrepeso, resfriados, alergias crónicas o una inflamación de las amígdalas que provoca la obstrucción de las vías respiratorias.

Expertos advierten que los niños que roncan pueden verse afectados en su rendimiento escolar como consecuencia.

Además de los ronquidos, uno de cada diez niños que roncan, presenta apnea del sueño. Esta se caracteriza por interrupciones frecuentes de la respiración (más de diez segundos) durante el sueño terminando en un ruido fuerte con el que reanuda la respiración y el ronquido. Esta es una de las causas más preocupantes del ronquido.

Las consecuencias de las apneas del sueño son: dificultad para comer, disminución de memoria, de habilidades y de concentración, aumento en el riesgo de padecer hiperactividad y falta de atención. Físicamente, provoca bajo peso y altura, ya que los niños sudan y consumen más calorías por la noche y por tanto generan menos hormona de crecimiento. Ante la falta de oxígeno, los riesgos son asociados a problemas cardíacos, por lo que hace necesaria una intervención médica.

El tratamiento del ronquido y de la apnea del sueño empieza con un diagnóstico médico. Cuanto antes vayamos al médico, antes conoceremos las causas y podremos poner remedio y evitar así las consecuencias.