Cuidados especiales de mi bebé I

Hay determinados cuidados relacionados con la higiene de nuestro bebé que debemos tener en cuenta. Son cuidados relacionados con los oídos de nuestro pequeño, de sus ojos, oídos, nariz, pelo y uñas. Vamos a dividir este tema en dos post. En este artículo vamos a explicar el cuidado de los ojos, de los oídos y de la nariz. Esperamos que os sirva de gran ayuda!

Cuidado de los ojos

En el cuidado diario de los bebés, los ojos son una parte muy importante por su especial sensibilidad, y requieren una higiene aséptica e inocua. Debido a la mayor producción de mucosidad, es habitual que algunos bebés se despierten con bastantes legañas y por ello es importante establecer una correcta higiene. Se recomienda utilizar suero fisiológico.

Con el bebé acostado boca arriba, pondremos el suero en vertical para que caiga en el globo ocular e inclinaremos suavemente la cabeza del bebé hacia el lado de cada ojo (no hacia la nariz) para que caiga el suero restante del interior del ojo hacia fuera. Podemos ayudar a esta acción con toallitas o gasas estériles.

También se pueden limpiar los párpados delicadamente mediante toallitas o gasas estériles, húmedas, eliminando los restos de legañas y bacterias presentes en el exterior de los ojos. Las gasas han de estar húmedas, empapadas en agua hervida (una vez templada) o en suero fisiológico.

Para evitar la transmisión de posibles infecciones, es importante utilizar una toallita o una gasa para cada ojo (o una parte distinta de la misma toallita). El movimiento de limpieza debe ser desde la parte interior de los párpados (el ángulo interno, el lagrimal) hacia el ángulo externo del ojo.

Estas acciones pueden realizarse dos veces al día, una por la mañana al despertar cuando se han acumulado más legañas, y otra tras el baño. De este modo podemos prevenir las infecciones en la mayor parte de los casos.

Cuidado de los oídos

Los bebés tienen los oídos más delicados que los adultos ya que su canal auditivo es más corto y por tanto más sensible a los enfriamientos y a posibles agentes agresivos exteriores como el polvo, el aire, el agua y las bajas temperaturas.

Para evitar problemas de oídos debemos  aprender a limpiarlos y protegerlos muy bien.

Los recién nacidos empiezan a segregar cerumen a las pocas semanas de nacer. El cerumen es una sustancia antibacteriana, blandita y amarillenta, que protege sus oídos de infecciones y de agentes externos que podrían penetrar en ellos, los mantiene a salvo también de leves erosiones que podría hacerse el bebé al rascarse. Por eso solo debemos retirar el cerumen de la parte externa del oído. El oído cuenta con un mecanismo natural para la eliminación de la cera: se desliza lentamente hacia el exterior, impulsado por los movimientos que el bebé realiza mientras se alimenta. Podemos ayudarnos con una gasa seca o con bastoncillos para los oídos.

Hay que proteger muy bien los oídos de los bebés. Debemos evitar que le lleguen corrientes de aire directas y que le entre agua durante el baño. Es recomendable también utilizar gorritos que tapen los oídos durante el invierno.

Cuidado de la nariz

Cuando nuestro hijo tiene dificultades para respirar, es importante ayudarlo a expulsar los mocos para que pueda respirar mejor. El suero fisiológico es la mejor opción para limpiar su naricita. El suero fisiológico ayuda a deshacer los mocos y a arrastrarlos para que el bebé los saque hacia fuera. Podemos utilizar el suero fisiológico en diferentes formatos: aerosol, jeringas o botellitas individuales.

Otra opción que también se recomienda utilizar en estos casos son los aspiradores nasales. Constan de una boquilla para el padre o la madre, un tubo y un cabezal que se adapta a la nariz del bebé. En el cabezal hay un filtro para limitar la presión de aspiración y para retener los mocos que llegan (los cabezales son intercambiables). Lo ideal es aspirar con cuidado y si no se expulsan demasiados mocos, volver a aplicar suero fisiológico y repetir la aspiración.

¿Cuántas veces puede hacerse? Tantas veces como haga falta, aunque debemos tener en cuenta que les molesta.